Artículos sobre el suicidio

El impacto y la intensidad del duelo después de un suicidio pueden variar directamente entre los individuos, influenciados por una variedad de factores personales, culturales y circunstanciales. Este tipo de duelo es a menudo complejo y profundo, pudiendo diferir significativamente del duelo experimentado después de otros tipos de pérdidas.

El luto es la reacción física, social y psicológica que nos provoca la muerte de un ser querido. Es una respuesta natural y necesaria, que cumple una función adaptativa que nos permitirá aceptar la pérdida y elaborar una nueva realidad sin la persona amada.

La muerte de una persona con la que teníamos un vínculo emocional provoca un dolor muy profundo y un fuerte impacto en nuestras vidas, en nuestras emociones y sentimientos. La conmoción que nos provoca y el proceso que debe seguir cada persona afectada para intentar reponerse y asumir la pérdida, es diferente. Por tanto la reacción, la intensidad y la duración del duelo serán únicas y diferentes para cada persona .

Cuando se trata de una muerte por suicidio, a todo el dolor se añade el estigma social que envuelve el suicidio y la incomprensión que genera. Esto puede hacer que el proceso de duelo sea más difícil de manejar, más intenso y duradero.

Las personas que hemos vivido o estamos viviendo un luto por suicidio nos reconocemos como SUPERVIVIENTES . Los supervivientes debemos hacer frente, no sólo al intenso dolor que provoca la pérdida sino también a la imposibilidad de encontrar una explicación y un sentido a los motivos que llevaron a nuestra persona amada a suicidarse. La persona que ha muerto por suicidio estaba en un estado de profundo sufrimiento y total desesperación, y probablemente nunca obtendremos todas las respuestas necesarias.

“Mi dolor es buscar respuestas a mil preguntas, sabiendo que nunca las voy a encontrar”.

Reacciones frente

la muerte por suicidio

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